En diferentes lugares del planeta ocurren fenómenos que no tienen explicación inmediata, porque ocasionalmente, la ciencia necesita tomarse algún tiempo para realizar una investigación profunda que le permita descubrir la respuesta verdadera a lo ocurrido. Tal como ha pasado con la aparición de los más de 20 misteriosos y enormes cráteres de Siberia, de los que ahora se sabe que no son buenos para el mundo.
La Tierra cambia y la ciencia lo estudia
Aunque la Tierra ha sido explorada prácticamente en su totalidad, todavía tiene muchos secretos que continúan ocultos, y debido a su naturaleza cambiante, es como un ser vivo que a lo largo de los años sufre numerosas transformaciones. Todo eso despierta la curiosidad y el interés de muchos científicos, que se dedican a investigar esas modificaciones para conocer sus causas, así como también sus repercusiones.
Y aunque en muchas ocasiones la respuesta sea esquiva, su trabajo persistente les permitirá obtener la respuesta adecuada en algún momento, porque la constante evolución de la tecnología les puede proporcionar las herramientas necesarias para hacerlo. Eso ocurrió con unos enormes y misteriosos cráteres que han aparecido en Siberia, son más de 20, pero, entre otras cosas, se sabe que son peligrosos para el medioambiente.
Hallaron la respuesta al misterio de los cráteres
Desde el 2014 han aparecido una serie de agujeros enormes en diversos lugares de Siberia y las evidencias demostraron que se originaron debido a una explosión, pues a su alrededor quedó una gran cantidad de restos que fueron expulsados y dejaron un hueco. Las investigaciones determinaron que el calentamiento global provocó este fenómeno al liberar de forma violenta los hidratos de metano subyacentes en el suelo.
Para tener una idea más clara de las dimensiones de estos agujeros, uno de ellos tiene un diámetro de 30 metros y 50 metros de profundidad. De acuerdo con lo reportado por los científicos, el incremento del calor a nivel mundial también llegó a este sitio, y sus efectos han sido devastadores, pues en este caso específico está calentando la cubierta congelada de permafrost, que se derrite de forma acelerada.
Bajo el permafrost existe un nivel ocupado por agua salada que permanece en forma líquida que se denomina criopegs. Debajo de este se encuentra un estrato compuesto por hidrato de metano, que se solidifica gracias a la alta concentración de sales y el frío del criopegs, que le brinda un entorno de alta presión y temperaturas muy bajas (esto provoca una expansión parecida a la que ocurre con las llamadas Puertas del Infierno).
A continuación, se genera una fuerza que rompe las capas superiores del suelo, con la consecuente caída de la presión, que permite la liberación del metano en forma de un gas explosivo que va directo al medioambiente, y su efecto invernadero empeora el calentamiento global. Esto cambia por completo el panorama de Siberia, porque acelera el descongelamiento e incrementa el riesgo de nuevos estallidos.
El derretimiento de Siberia pone en riesgo el mundo
El derretimiento del permafrost de Siberia trae consigo riesgos significativos para sus habitantes porque esos estallidos podrían ocurrir en cualquier lugar, incluso en aquellos que están habitados. Por otra parte, también ponen en riesgo al mundo, porque el gas metano tiene una capacidad muy superior al CO2 como gas de efecto invernadero, porque puede retener el calor con mayor eficiencia y empeorar el cambio climático.
En conclusión, un grupo de científicos descubrió que la causa de los más de 20 cráteres enormes que han aparecido en Siberia desde 2014 es el calentamiento global. Pues al aumentar el calor, se derrite el permafrost y, por ósmosis, el agua llega a un estrato de agua salada, el criopegs, que aumenta la presión, rompe el suelo y ocurre un estallido (que provoca un cráter que es similar al de este supervolcán).








