Una motorización abastecida solo con agua ha sido el sueño de muchos, desde el momento que se inventaron los vehículos a escala y el combustible comenzó a escasear. Además de reducir los costes de funcionamiento este motor imposible que no pudo ver la luz resolvería la huella de carbono y la crisis energética. Sin embargo, aún es una utopía que deseamos alguna vez se haga realidad.
El secreto está en el agua: este es el motor imposible que jamás se había podido crear
Las invenciones y optimizaciones mecánicas que se realizan para conseguir motores más eficientes en potencia, autonomía y amigables con la ecología son incesantes, aunque aquel motor imposible de agua que conocimos en la década del ’70 y nos había entusiasmado todavía no existe.
El motor de agua de Arturo Estévez Varela que había salido en un noticiero televisivo reconocido de la época franquista llamado Nodo, se había hecho muy famoso cuando su creador afirmó que se abastecía a agua, cuando en realidad una comisión del Ministerio de Industria determinó que era boro.
Desde aquel momento, las esperanzas se mantienen en pie para encontrar un sistema que pueda sustituir a los combustibles fósiles y de las emisiones sin demasiados atajos ni inconvenientes. La tecnología más cercana a la que se ha llegado es a la utilización del hidrógeno y tiene mucho que ver con el agua.
El hidrógeno que reacciona con el oxígeno para producir agua durante el mecanismo de electrólisis, necesita mucha más energía en la etapa previa para quemar el combustible y el agua obtenida no alcanza para repetir el ciclo. Así es que, por el momento, habrá que esperar una nueva tecnología
La respuesta más cercana al agua es el hidrógeno: por qué este motor ha roto todos los récords
Al día de hoy es común ver circular a vehículos, camiones de carga, trenes, aviones e incluso embarcaciones con la tecnología del hidrógeno. Aun así, hay que decir que es un sistema costoso por las condiciones de almacenamiento del combustible a alta presión y a baja temperatura.
Para retomar la idea de Estévez Varela y la utilización del boro para producir hidrógeno se han hecho otras experimentaciones, que aún no han tenido éxito del todo. Por ejemplo, en el año 2006, el ingeniero químico Tareq Abu Hamed llevó a cabo una experimentación en un vehículo con boro.
La prueba aportó soluciones a los inconvenientes previos de almacenamiento y distribución del hidrógeno, pero en términos de eficiencia y ahorro de costes el motor imposible continua sin ofrecer demasiadas satisfacciones para producir en serie.
Los procesos basados en generar hidrógeno a partir del consumo de agua para abastecer de energía a un motor que gasta más de lo que produce sigue configurando a este motor imposible como una utopía para aquellos que creativos que buscan nuevas alternativas de movilidad sostenible.
Nuevas oportunidades para el motor imposible: así lo van a desarrollar por primera vez
Teniendo en cuenta que con la tecnología del momento y los sistemas implementados no se ha podido llegar a buen puerto y sigue pareciendo un motor imposible para muchos, existen nuevas ideas que pueden acercarse a un horizonte cercano al agua como combustible, o por lo menos más limpio.
En este sentido, se están realizando pruebas con sistemas de electrólisis a partir de la energía solar denominada fotocatálisis. A partir de los rayos del sol se produce la separación del hidrógeno y el oxígeno de una forma más verde.
Adicionalmente, algunos experimentos están optimizando la tecnología del hidrógeno en las etapas de almacenamiento y transporte del combustible, para otorgarle más eficiencia y convertirlo en más asequible.
No obstante, para afianzar al hidrógeno como combustible y sustituir a los fósiles es necesario la implementación de políticas gubernamentales que dispongan de las aprobaciones y las inversiones necesarias para facilitar la transición energética. En la medida en que sea accesible para todos, el motor imposible dejará de serlo para dar paso a una realidad tangible.













