Movilidad eléctrica y derechos humanos: la brecha augura un futuro desolador

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Publicado el: 3 de noviembre de 2024
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La electrificación del sector movilidad ha disparado la demanda de materia prima para sus componentes, sobre todo para las baterías que suelen ser de litio. Sin embargo, hay todo un tema sobre los derechos humanos de quienes trabajan en su obtención, a los que les son violados de manera sistemática. Veamos.

Los derechos humanos y la obtención de materia prima para la industria de la movilidad

En la movilidad eléctrica se requiere mucha materia prima que se encuentra principalmente en el África. Lo que es muy conveniente para los grandes fabricantes de vehículos eléctricos porque allí la mano de obra, que trabaja en las minas, es barata lo que les proporciona enormes ganancias.

Por ejemplo, el cobalto es un mineral escaso y muy importante en la fabricación de baterías y una de las mayores reservas probadas se encuentra en la República Democrática del Congo (RDC) que es un país con una alta tasa de pobreza. Esto se refleja en la violación sistemática de los derechos humanos de los mineros.

¿Qué hacen las grandes empresas para evitar esta situación tan alarmante?

Por lo menos, en teoría, para evitar esta violación de los derechos humanos, las grandes empresas fabricantes de automóviles eléctricos y de la movilidad deberían hacer un seguimiento a la cadena de suministro de los minerales. Con esto obligarían a las compañías mineras a mejorar las condiciones de los obreros.

Sin embargo, estas empresas dicen que hacer este mapeo es muy difícil, ya que la cadena de suministro es muy compleja y es así porque las mismas compañías mineras ponen todo tipo de obstáculos. Pero esto no excusa su responsabilidad de determinar el origen de estos materiales.

Así como las condiciones en que son extraídos. Y porque la descarbonización y la transición energética no pueden ser motivo para atropellar los derechos fundamentales de las personas, por eso es que la organización Amnistía Internacional ha preparado un informe concientizador y, por demás, revelador.

El cual consiste en la elaboración de un ranking que sirve para evaluar parámetros como la transparencia a través del seguimiento de la cadena de suministro, compromiso de cumplimiento de políticas de respeto a los derechos fundamentales de las personas, proceso de identificación y acciones para evitar riesgos laborales, entre otros.

Dentro de este informe se califican a las 13 marcas más reconocidas mundialmente como fabricantes de coches eléctricos. Cómo son Tesla, BYD, Mercedes – Benz, Hyundai, Kia, Geely, etc. Esta evaluación va desde 1 que es la peor nota hasta 90 puntos que viene siendo el equivalente a sobresaliente.

El caso es que la marca que obtuvo la mayor puntuación fue Mercedes – Benz con apenas 51 puntos. Por otra parte, el top 5 con la peor puntuación está conformado por las empresas asiáticas: BYD con 11 puntos, Mitsubishi con 13, Geely, Hyundai y Nissan con 21 puntos.

Mientras que marcas como General Motors y Renault llegan a 45 puntos y Tesla alcanza los 49 puntos. Se destaca que China no proporciona información sobre refinerías o minas que les suministran los minerales. La falta de transparencia conspira contra los derechos humanos en la industria de la movilidad.

Otras situaciones que atentan contra la integridad y derechos de las personas

En su informe, Amnistía Internacional también denuncia daños a la salud y desalojos forzosos debidos a la contaminación del ambiente y de los acuíferos por la movilidad. Igualmente, existe una gran explotación laboral de los pueblos originarios que muchas veces sufren amenazas y hostigamiento por sus tierras y el trabajo infantil.

Como conclusión, es claro que la movilidad eléctrica no siempre es buena para todo el mundo, sobre todo en lo concerniente al respeto por los derechos humanos de los individuos a través de los cuales se obtiene la materia prima. Por esto es que, si no se pone remedio, el futuro no es nada halagador.