Movilidad eléctrica y derechos humanos: la brecha augura un futuro desolador

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Publicado el: 2 de noviembre de 2024
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La industria de la movilidad eléctrica está evolucionando con rapidez para satisfacer a un mayor número de clientes. Pero es necesario que este crecimiento vaya de la mano con el respeto a los derechos humanos. Porque de lo contrario se crearía una brecha entre ambos que augura un futuro oscuro y desolador.

El lado oscuro de la industria de la movilidad eléctrica

El objetivo fundamental del desarrollo de la industria de la movilidad eléctrica es la producción de vehículos que no emitan contaminación. De esta manera se cuida el medio ambiente, lo cual implica una mejora en la calidad de vida de las personas, pero esas fábricas dependen de una gran cantidad de materiales y suministros.

Entre los cuales se encuentran los minerales necesarios para la elaboración de sus productos. Y este es el punto donde no se respetan los derechos humanos, porque para extraer esos elementos hay que explotar la mano de obra de mucha gente, incluyendo niños y ancianos, se hacen desalojos forzosos y se daña el medio ambiente.

Los derechos humanos y su relación con los coches eléctricos

Aunque resulte sorprendente, existe una relación muy estrecha entre la fabricación de los coches eléctricos y los derechos humanos. Esto lo demostró claramente el informe que en ese sentido elaboró Amnistía Internacional, para lo cual hizo un análisis de las políticas que en esa materia tienen las principales marcas.

El documento se titula “Recargar por los derechos: clasificación de los informes de diligencia debida en materia de derechos humanos de los principales fabricantes de vehículos eléctricos”. En él se revela que en estas empresas la prioridad está en la obtención de los minerales que usan para hacer las baterías eléctricas.

Sin tomar en cuenta todos los factores negativos que están involucrados en este proceso y que perjudican el bienestar de muchas personas. Como en el caso de las poblaciones que sufren el deterioro de su medio ambiente, con los consiguientes riesgos para su salud por los trabajos de explotación de las minas.

Uno de los minerales más importantes para la manufactura de las baterías es el cobalto, que se obtiene principalmente de países como Filipinas y la República Democrática del Congo. Pero su extracción ha significado el desalojo de los nativos de los alrededores de las zonas mineras, y la explotación de los mineros.

Sin ningún tipo de consideración por sus derechos humanos, porque trabajan en condiciones insalubres arriesgando su vida, y hasta los niños suelen ser usados como mano de obra barata. Por eso se pide a los fabricantes que vigilen de cerca la cadena de suministro, para poder prevenir todas esas situaciones graves.

La mayoría de los fabricantes de vehículos están reprobados

Amnistía Internacional evaluó a un grupo de 13 fabricantes de coches eléctricos en función de su actuación en torno al rastreo de la cadena de suministro, su compromiso con el respeto de los derechos humanos, la transparencia de sus informes y otros factores. Los resultados realmente fueron muy desalentadores.

Pues de los 90 puntos posibles, la máxima calificación fue de 51 y se la llevó la Mercedes-Benz, que aun así se considera muy deficiente. La peor evaluada fue la empresa china BYD, que apenas logró obtener 11 puntos por su falta de transparencia, seguida muy de cerca por Mitsubishi, que tuvo 13 y Hyundai con 21 puntos de ultima.

En definitiva, las grandes empresas dedicadas a la movilidad eléctrica tienen una gran deuda con los derechos humanos de las personas afectadas por la explotación minera de los elementos necesarios para la fabricación de sus baterías. Por eso se les pide que tomen acción y vigilen más de cerca sus cadenas de suministros.