Los gigantes de acero que Elon Musk se dispone a lanzar al espacio el próximo año a través de una de sus compañías no serán cohetes pero marcarán el futuro. Este hombre de negocios está acostumbrado a demostrar cosas grandes y esta vez no será la excepción. Las cosas que el más rico magnate del mundo colocará fuera de la atmósfera terrestre serán descomunales. Paradójicamente, aunque son más pesados debido a su tamaño, el número de los lanzamiento superará con creces la de los minis precedentes, siendo la excesiva cantidad y su mayor capacidad lo que nos llevará hacia un futuro de máxima conexión.
El peso de los gigantes de acero que Musk lanzará al espacio casi cuadruplica el de los mini que están rodeando la Tierra
La órbita terrestre baja es una franja del espacio exterior que rodea la Tierra y se extiende entre 300 y 2000 kilómetros de altura. En ella se colocan los satélites de comunicaciones para que la señal recorra una distancia mucho menor que desde órbitas más altas, lo que reduce significativamente el retardo o latencia de la comunicación.
La compañía espacial de Elon Musk en 2018 colocó en la órbita baja dos satélites de prueba y desde 2019 ha continuado lanzando lotes masivos de satélites para expandir esta red, con planes de alcanzar decenas de miles para proporcionar una cobertura global de comunicaciones, especialmente Internet de banda ancha.
Los ´últimos que fueron lanzados eran modelos V2 mini optimizados con un peso de 575 kilos. ¨Pero ahora SpaceX se alista a lanzar los modelos Starlink V3 que podrían pesar hasta 2 mil kilogramos. Se trata de una nueva generación de satélites con los que se espera multiplicar por diez la velocidad de descarga y subida alcanzada por los V2.
No importa que sean más grandes y pesados: el ex aliado de Trump realizará un mayor número de lanzamientos
Estos satélites Starlink V3 serán desplegados desde la Starship y cuando entren en funcionamiento serán capaces de ofrecer un ancho de banda de 1000 Gbps de descarga, mientras que la subida podría ubicarse en 200 Gbps. De acuerdo con voceros de SpaceX, se podrá contar con conectividad gigabit y se sumarán 60 terabits por segundo.
Aun cuando son más pesados se estima que unos 60 de estos nuevos satélites V3 sean puestos en órbita en cada uno de los próximos lanzamientos de la Starship. Esto significa 20 veces más que los satélites V2 Mini que serían lanzados con el Falcon 9, el innovador cohete reutilizable de SpaceX.
Con esta nueva red se evitará que un aumento de la clientela sea vista como un problema
Se estima que en los primeros meses del próximo año, cuando sean puestos en órbita los primeros de esta segunda generación de satélites, se alcanzará una velocidad tan alta que podría competir con el Internet por fibra y podrá llegar a cualquier rincón apartado del planeta.
Con estos gigantes de acero no sólo se obtendrán mayores velocidades de gigabit, sino que además se incrementará la capacidad del sistema para la atención de los clientes. Esto supone una auténtica mejora porque en la actualidad algunos usuarios deben pagar más por un aumento de la clientela.
De hecho, en algunas zonas de Estados Unidos llegan a pagar hasta 1000 dólares más por concepto de «recargo por demanda», justificando el pago por la excesiva cantidad de suscriptores en el área. De allí que muchos se beneficiarán de la red de gigantes que se está conformando alrededor de la Tierra.
En conclusión, a la red satelital de Starlink que actualmente rodea la Tierra el magnate estadounidense de origen sudafricano incorporará muchos gigantes de acero que harán posible una mayor velocidad de descarga y subida en Internet que la actual. Otro beneficio adicional es que ya no será necesario pagar más cuando se incorporen más usuarios a la red en algunas localidades. Se tiene previsto que estos colosos empiecen a ser llevados al espacio por la compañía espacial de Musk apenas comience el nuevo año y hasta de repente sería utilizando los ahora inexistentes cohetes espaciales eléctricos.








