La NASA te ofrece la oportunidad de presenciar una película de terror de otro mundo donde la protagonista es una estrella que devora todo ¿Quieres verla?
Disfruta de la nueva película de la NASA al estilo de las mejores series de ciencia ficción
A millones de años luz de la Tierra se producen extraordinarios sucesos que podrían inscribirse fácilmente en el ámbito de la ciencia ficción a la que nos tienen acostumbrados las películas de este estilo en los últimos años.
Curiosamente, cuando estos sucesos son captados por los instrumentos de astronomía que cada día avanzan más en realidad ya ocurrieron, pues estos fenómenos de chorros cósmicos se producen a escalas temporales y espaciales muy distintas a las que se desarrolla la existencia humana.
De hecho, el fenómeno donde una estrella, con el nombre de WD 2226-210 y el tamaño de nuestro sol, devora todo un planeta empezó a ser observado hace más de cuatro décadas, solo que para aquel entonces no se tenía explicación sobre el mismo.
Ha sido ahora que los avances tecnológicos han podido interpretar que las señales de rayos X que comenzaron a ser captadas en 1980 corresponden a un planeta del tamaño de Júpiter en proceso de desintegración por tener una órbita muy cercana a la estrella señalada.
Captado el momento en que el planeta es devorado por una rutilante estrella
Avanzados telescopios de la agencia espacial estadounidense son los que han permitido interpretar el momento en el que una estrella devora al planeta. El evento ocurrió a 650 años luz de nuestro planeta, en una región conocida como la Nebulosa Hélice, y plantea extraordinarios avances en el conocimiento astronómico.
Específicamente, el avistamiento de este extraordinario evento cósmico en el que se empleó una alta tecnología significa la posibilidad de apertura de nuevas indagaciones acerca de la evolución de las estrellas y los sistemas de planetas.
La evolución del fenómeno cósmico se logró a través del análisis longitudinal de una señal captada con varios instrumentos especiales con lo que quedaron registrados momentos en los que una gigantesca radiación y efecto gravitacional de la estrella ocasionan la desintegración del planeta.
De espectadores a protagonistas: Los últimos avances a pasos gigantescos están haciendo la diferencia
Los instrumentos astronómicos que permitieron a científicos de la NASA registrar el extraordinario suceso cósmico fueron dos telescopios de alta tecnología, el Hubble y el James Webb, este último de más reciente lanzamiento.
Los telescopios mencionados están provistos de sensores ultrasensibles capaces de captar las ondas de luz y variaciones energéticas que se producen producto de la interacción entre ambos cuerpos estelares.
Sin embargo, ha sido el telescopio de rayos X de Chandra el que ha permitido descifrar el momento en que la enana blanca conocida como WD 2226-210 devora poco a poco un planeta que ahora tiene el tamaño de Neptuno, es decir, se ha reducido por efectos de la desintegración gravitacional.
Gracias a la precisión de estos instrumentos los científicos pudieron calcular la ubicación exacta del fenómeno, así como la cantidad de energía que se liberó durante el proceso, datos que servirán para ampliar los conocimientos que se tienen acerca del origen del universo.
Por otro lado, el avance de esta tecnología instrumental conlleva a que estos fenómenos se observen casi en tiempo real, lo que significa un impulso cualitativo en el estudio de los mismos y no sorprendería que este desarrollo tecnológico posibilite elevar el rol del científico, pasando de observador a protagonista en la realización de pruebas.
En conclusión, gracias a la observación con tecnología de punta llevada a cabo por la NASA del momento donde una enana blanca devora un planeta inicialmente del tamaño de Júpiter puede contrastarse teorías sobre la evolución de sistemas planetarios y la influencia de estos eventos en la configuración de nuevas estructuras cósmicas.








