La investigación en tecnologías de construcción ha tomado un rumbo inesperado al volcarse hacia el desarrollo de materiales de construcción con vida. Tal es el caso de este nuevo hormigón que se repara por sí solo gracias a que se fabrica como si fuera un ser vivo.
El nuevo hormigón que «se cura»
El desarrollo de biomateriales sustentables es uno los principales intereses de la ciencia en la actualidad. Esta revolucionaria área ya nos ha dado algunas demostraciones interesantes, como este material translúcido que tiene vida. Este tipo de materiales se desarrolla a partir de avanzadas tecnologías que permiten modificar el código genético de ciertos microorganismos y hacer que formen estructuras.
El objetivo es obtener un nuevo hormigón que no requiera la gran cantidad de emisiones de gases de efecto invernaderos que genera actualmente. Cada año se producen 4000 millones de toneladas de hormigón, el cual también requiere acero como refuerzo. En total, este sector genera el 8% de las emisiones totales de CO2 y consume el 9% del agua que se extrae para uso industrial.
Estos inconvenientes se podrían reducir considerablemente gracias a dos equipos de científicos de diferentes ramas que han conseguido producir lo que podría ser un nuevo hormigón que se repara a sí mismo. El enfoque de DARPA, agencia de investigación científica del Pentágono, propone usar sistemas vasculares, mientras que la Universidad de Drexler se enfoca en microorganismos.
La bioingeniería y la construcción
DARPA es una agencia de investigación y desarrollo de la CIA que propone fabricar el hormigón con una estructura vascular como si se tratara de un cuerpo humano. Por esta red circularían especies de hongos, durante la digestión, producirían carbonato de calcio (cal), cual rellenaría cualquier grieta interna que pudiera formarse en la estructura.
Por su parte, el equipo de la Universidad de Drexler, también en Estados Unidos, ha desarrollado un material al que ha bautizado BioFiber. Se trata de una fibra resistente para reforzar este nuevo hormigón «con vida». La misma lleva un recubrimiento de hidrogel que contiene esporas de bacterias en estado latente. Una tercera capa de polímero permite a las bacterias activarse y dirigirse hacia la grieta para rellenarla.
Con este sistema, las bacterias estarían en estado latente hasta que se abre una grieta e ingresa la humedad. Las bacterias atraviesan el polímero protector y rellenan la grieta por medio de sus procesos digestivos. La multiplicación de las bacterias produce carbonato de calcio, el cual sella la estructura de concreto reparando un daño puntual antes de que empiece a afectar al resto de la estructura.
Enfoque militar y civil en la construcción
El nuevo hormigón biológico de DARPA está pensado para usos militares. Se podría emplear en estructuras temporales de campaña para hacerlas más resistentes o en silos donde se almacenan materiales tóxicos, a los que no pueden acceder personas a realizar reparaciones. No obstante, de tener éxito el proyecto, se espera que pase rápidamente al ámbito civil.
Con esta tecnología se podría reducir en gran medida la producción de hormigón, los gastos en mantenimiento y transporte y todas las emisiones de CO2 que acompañan a estas industrias. También ofrecería la posibilidad de obtener información en tiempo real sobre las zonas más vulnerables en una construcción para poder estudiar materiales y métodos mucho más eficientes.
La nueva industria de los biomateriales de construcción
Desde que se empezaron a usar algas en la construcción, los biomateriales han avanzado rápidamente hacia diferentes maneras de imitar a los organismos vivos para crear estructuras sustentables. Este nuevo hormigón promete ayudarnos a dar un gran salto hacia el objetivo de reducir por completo las emisiones de CO2 para 2050 por lo que podríamos verlo en nuestras construcción en un futuro cercano.













