La isla de Chipre se prepara para lanzar una nueva tanda de ayudas públicas para quien quiera pasarse al coche eléctrico. El gobierno planea destinar 4,5 millones de euros a subvenciones para vehículos de cero emisiones, con hasta 9.000 euros por coche nuevo y unas 450 ayudas previstas en total.
Es la cuarta ronda de apoyo a la movilidad eléctrica desde 2022, financiada con el Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia y los fondos europeos. Todo llega en un momento en el que los eléctricos ganan terreno en el país, pero todavía van muy por detrás de la media de la Unión Europea. La pregunta es clara: ¿servirá este empujón para que más gente se anime a dejar la gasolina y el diésel?
Ayudas de hasta 9.000 euros y foco en coches nuevos
El nuevo programa lo diseña el Ministerio de Transporte, Comunicaciones y Obras Públicas de Chipre junto con el Departamento de Transporte por Carretera. La idea central es sencilla de entender: apoyar sobre todo la compra de coches eléctricos de batería completamente nuevos, en lugar de vehículos de segunda mano importados.
Cada coche que cumpla los requisitos podrá recibir una subvención de unos 9.000 euros, una cantidad que en muchos casos puede cubrir buena parte de la diferencia de precio frente a un modelo de gasolina. En total se calcula que habrá alrededor de 450 ayudas, por lo que las plazas serán limitadas y se espera bastante competencia entre las solicitudes.
La asociación nacional de importadores de vehículos llevaba tiempo pidiendo un calendario claro de incentivos y parece que el gobierno ha recogido el guante. Los concesionarios ya han encargado un buen número de eléctricos nuevos esperando la apertura del plan y avisan de que un retraso en las ayudas podría dañar la confianza del consumidor y descolocar sus cuentas.
Un mercado eléctrico que crece, pero desde muy abajo
Para entender el contexto hay que mirar los datos de matriculaciones. Según la Oficina de Estadística de Chipre, en los primeros nueve meses de 2025 los coches eléctricos ya representaban el 4,7 por ciento de las nuevas matriculaciones, frente al 3,6 por ciento del mismo periodo de 2024. Es un salto, pero todavía desde una base muy pequeña.
Los híbridos, por su parte, han alcanzado un récord de cuota del 44 por ciento en el mercado chipriota. En paralelo, los coches de gasolina y diésel van perdiendo peso, lo que indica una transición gradual hacia motores electrificados en toda la flota. En la calle esto se traduce en algo que muchos conductores ya notan: cada vez hay más coches silenciosos enchufados en el garaje y menos olor a tubo de escape en las avenidas principales.
Entre enero y septiembre de 2025 se registraron 40.212 vehículos en total, un aumento de un 3,6 por ciento respecto a 2024, y solo en septiembre las matriculaciones de turismos subieron cerca de un 27 por ciento. Aun así, comparado con la Unión Europea, donde los coches eléctricos puros ya rondan en torno a una sexta parte de las nuevas ventas, Chipre sigue claramente por detrás, lo que refuerza la idea de que sin ayudas sostenidas el cambio sería mucho más lento.
Fondos europeos, clima y también la “factura del coche”
Todo este esfuerzo se apoya en los fondos europeos de recuperación. Entre 2022 y principios de 2024, las tres primeras rondas de ayudas a la movilidad limpia en Chipre repartieron unos 26 millones de euros y aprobaron alrededor de 3.200 solicitudes, desde coches eléctricos hasta otras opciones de transporte más limpias. El nuevo paquete de 4,5 millones se plantea como una forma de no perder el ritmo en un momento clave para el sector.
Cuando se habla de movilidad eléctrica, en realidad se está hablando de algo muy concreto: que los desplazamientos diarios se hagan con vehículos que se enchufan y no queman combustibles fósiles al circular. Eso ayuda a reducir emisiones de dióxido de carbono, a cumplir las normas europeas de emisiones para coches y furgonetas y a mejorar la calidad del aire en las ciudades. Pero también puede aliviar, en buena parte, el coste de uso del vehículo para muchos hogares, sobre todo cuando los precios de la gasolina dan sustos.
Para la industria del automóvil chipriota, las subvenciones funcionan como una señal de estabilidad en un momento en el que llegan nuevos modelos eléctricos y se endurecen las reglas de emisiones en la Unión Europea. Para las familias, estos 9.000 euros pueden ser el detalle que incline la balanza cuando toca elegir coche nuevo. No va a cambiar todo de un día para otro, pero puede marcar la diferencia entre que la movilidad eléctrica se quede en algo minoritario o empiece a normalizarse en las carreteras de la isla.
La información principal sobre este nuevo plan ha sido publicada en el portal European Alternative Fuels Observatory de la Comisión Europea.











