En un giro sorprendente, el sector de las petroleras y el gas ha optado por desviarse de las energías renovables y la electrificación en su búsqueda de descarbonización. Según el análisis más reciente de BloombergNEF sobre las tendencias de inversión en transición energética, la inversión en energía renovable y electrificación ha experimentado una caída por segundo año consecutivo en 2023.
El cambio de paradigma en la industria energética: Presiones económicas y políticas que redefinen prioridades
Estas áreas, que alguna vez dominaron el gasto en la transición energética del sector, ahora parecen perder terreno frente a enfoques más tradicionales. ¿Qué podría estar impulsando este cambio de dirección? Una posible explicación podría residir en las presiones económicas y políticas que enfrenta la industria del petróleo y el gas.
A medida que los precios del petróleo fluctúan y las regulaciones ambientales se vuelven más estrictas, las compañías podrían estar optando por estrategias más conservadoras para proteger sus márgenes de beneficio.
Sea cual sea la razón detrás de este cambio, queda claro que el panorama de la transición energética está experimentando una transformación notable. A medida que la industria del petróleo y el gas navega por estas aguas turbulentas, será fundamental observar cómo evolucionan sus estrategias y qué impacto tendrán en el futuro.
El cambio de rumbo de las petroleras hacia tecnologías de bajas emisiones
En un cambio radical de estrategia, la industria del petróleo y el gas está redirigiendo sus inversiones hacia tecnologías de baja emisión de carbono, como la captura y almacenamiento de carbono (CAC), los combustibles renovables y los materiales avanzados.
Durante años, las energías renovables han sido la prioridad en las inversiones de baja emisión de carbono en este sector. Sin embargo, a partir de 2022, estamos observando un cambio dramático en esta tendencia. La inversión en tecnologías como los combustibles renovables, la CAC y los materiales avanzados está experimentando un crecimiento sin precedentes, desafiando el status quo de las energías limpias como líderes indiscutibles.
Este cambio de paradigma refleja una transformación en la mentalidad de la industria, que ahora reconoce la necesidad imperiosa de diversificar sus enfoques para abordar de manera más efectiva la crisis climática.
Además, estas tecnologías emergentes ofrecen la promesa de una mayor eficiencia, menores emisiones y una rentabilidad a largo plazo más sólida, lo que las convierte en opciones atractivas para las empresas petroleras y de gas que buscan asegurar un futuro sostenible.
Rumbo a un futuro energético sostenible: La transformación del sector petrolero
En su última actualización estratégica, TotalEnergies ha destacado su firme postura de ampliar su cartera de energías renovables, desmarcándose del pelotón. La petrolera francesa aspira a construir un negocio energético integrado, abarcando toda la cadena de valor de la electricidad.
En Norteamérica, los pioneros en adoptar el enfoque de las moléculas limpias están liderando la carrera hacia tecnologías que reducen las emisiones de carbono en la producción de combustibles fósiles o generan alternativas con menor impacto ambiental.
Por otro lado, BP y Shell lideraron el cambio al acelerar sus inversiones en moléculas limpias. Se especula que los menores rendimientos de los proyectos de energías renovables podrían estar impulsando el ajuste de las estrategias renovables de ambas empresas petroleras.
Esto destaca un cambio significativo en la estrategia de la industria petrolera y gasífera, que ha optado por apartarse de las energías renovables y la electrificación en favor de tecnologías de baja emisión de carbono.
Este cambio de rumbo sugiere una respuesta a las presiones económicas y políticas, así como una evolución en la mentalidad de la industria hacia la necesidad de abordar de manera más efectiva la crisis climática. Además, se observa un movimiento hacia la diversificación de enfoques y la búsqueda de rentabilidad a largo plazo.











