El calentamiento global no siempre ha acelerado a la velocidad actual, hay ocasiones en las que se ha vuelto loco —recordarás estos dos icebergs que «llegaron» misteriosamente a España—. Sin embargo, desde hace 6000 años tenemos la planta más ecológica que existe y no lo sabíamos. Echa un vistazo a cuál es y te impresionarás con las fantásticas aplicaciones que podría tener de aquí en adelante.
La planta más ecológica de la Tierra, descubierta: viene de muy lejos
El bambú es una planta con características únicas que lo convierten en uno de los materiales más ecológicos del planeta. Una de las principales es su crecimiento extremadamente rápido. Esta especie puede crecer hasta 1 metro por día, alcanzando su máximo tamaño en tan solo unos meses.
Además, tiene una alta resistencia en relación a su bajo peso. Es incluso más resistente que algunas maderas duras y el acero. Esto se debe a su estructura fibrosa. Otra característica destacable es su gran capacidad de absorción de CO2, con hasta 12 toneladas de CO2 por hectárea al año.
Esto lo convierte en un aliado clave contra el calentamiento global. Igualmente, puede crecer en diferentes climas, desde los trópicos hasta regiones templadas. No requiere de un cuidado especial, lo que facilita su cultivo. ¿Te imaginas cultivarlo a gran escala en pleno continente europeo? Lo han hecho.
El bambú, capaz de secuestrar este peligroso gas para el planeta
El bambú es una planta maravillosa que absorbe una cantidad significativamente mayor de dióxido de carbono (CO2) que los árboles comunes. De hecho, algunos estudios han demostrado que el bambú puede absorber hasta 35 % más CO2 por hectárea que las especies arbóreas típicas.
Esto se debe a que tiene un crecimiento mucho más rápido, llegando a su madurez en solo unos pocos años, mientras que a los árboles les puede tomar décadas. Las cañas de bambú capturan grandes cantidades de CO2 a medida que crecen rápidamente.
Luego, el carbono permanece almacenado en la planta, incluso después de ser cosechada y procesada en productos de bambú. Por lo tanto, el cultivo a gran escala podría ser una estrategia efectiva para reducir los niveles de CO2 en la atmósfera y mitigar el calentamiento global.
El potencial que posee para secuestrar carbono es tan prometedor que algunos expertos lo consideran como una de las plantas más efectivas para combatir el cambio climático de forma natural. De hecho, no en vano lo hemos incluido dentro de nuestra línea de contenidos.
Cómo lo podríamos usar en el futuro (y cómo lo estamos usando ahora)
El bambú se puede usar para una gran cantidad de aplicaciones de forma sostenible, incluyendo construcción, textiles, mobiliario y otras aplicaciones. Si pensabas que solo se producía en China, no vas por buen camino: más de 100 países lo cultivan con normalidad.
Debido a su rápido crecimiento y fuerza, es un excelente material para construcción ecológica. Las viviendas hechas de esta especie son resistentes, duraderas y requieren menos energía para producir que las hechas con otros materiales como el cemento o el acero. Se puede usar para crear paredes, techos, pisos y estructuras.
En la industria textil, las fibras de bambú se han vuelto populares para producir telas suaves y transpirables. Comparado con el algodón, requiere menos agua y pesticidas para cultivarse. Las prendas hechas con este material son muy cómodas y absorbentes.
El mobiliario de bambú también es una tendencia en aumento. Las mesas, sillas, camas y otros muebles tienen un estilo natural y elegante. Es ligero, pero muy resistente, por lo que es ideal para crear muebles duraderos.
Una vez más, descubrimos algo que nos daría el impulso necesario en la sostenibilidad. Que el bambú sea la planta más ecológica es un hecho que sorprende, aunque no por su especie, sino por haberla tenido durante milenios y no habernos dado cuenta de esta característica. Sin embargo, todavía hay más: este polémico país quiere pagar la solución más innovadora contra el hambre en el mundo.








