El Programa Janus asusta al mundo: El ejército más poderoso del planeta tendrá energía infinita

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Publicado el: 14 de noviembre de 2025
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Programa Janus

En plena carrera militar con China y Rusia, Estados Unidos tiene un as bajo la manga: su estrategia nuclear. Con décadas de estudio e investigación en la materia, la potencia espera continuar al mando del dominio del tablero internacional sirviéndose del Programa Janus, con el que Donald Trump espera demostrar al mundo su potencial de desarrollo tecnológico y armamentístico.

EE.UU. protege su trono

Desde el ultrasecreto «Proyecto Manhattan» (1945), EE.UU. hace gala de su supremacía en materia de energía nuclear. Y, aunque las anteriores gestiones que pasaron por la Casa Blanca no promovieron del todo el progreso en la materia, Trump pretende escribir un nuevo capítulo.

Tras su regreso a la presidencia en 2024, el republicano volvió al ruedo con la idea de «hacer grande a América otra vez», y demostró su determinación en posicionar al país como la nación dominante en las áreas económicas, energética e industrial.

Sin embargo, dos países fueron capaces de hacer frente a Norteamérica y resistirse a la avanzada de Trump, desafiando su poder: Rusia y China. El primero, además de negarse a firmar el acuerdo de paz con Ucrania mediado por la potencia, evalúa el comienzo de ensayos nucleares.

Mientras que el gigante oriental, capaz de hacer frente a la hostil guerra comercial impulsada desde Washington respondiendo con restricciones a la exportación de tierras raras, también cuenta con planes de inversión y expansión nuclear para ampliar su arsenal.

En estas circunstancias, la autoridad de EE.UU. es cuestionada por países que creen poder medir su poderío con el imperio capitalista, del que también se diferencian ideológicamente. Pero el líder republicano no piensa dar ni un paso atrás.

Y echará mano a la ciencia y a la tecnología para consumar la superioridad de sus ejércitos, que en tres años podrían contar con suministro energético de orden nuclear. Anunciado en la Conferencia AUSA 2025, el Programa Janus es una de las prioridades del Departamento de Defensa de la administración.

Con el foco en la creación de microreactores, el gobierno espera fortalecer la seguridad nacional y la autonomía  energética, además de impulsar la industria, inversión y empleabilidad a lo largo del territorio.

Un plan para abastecer ejércitos con «energía infinita»

Tomando el nombre del dios romano Janus, que evoca el futuro y la apertura a fases innovadoras, el programa nuclear se centrará en fabricar microreactores de próxima generación, capaces de producir entre 1 y 20 megavatios de energía, que bastarían para abastecer una instalación militar.

Esto permitiría a las Fuerzas Armadas romper la dependencia de la red eléctrica común y contar con suministro aún en entornos hostiles, evitando interrupciones y fallas energéticas que podrían perjudicar la estrategia de batalla.

La Orden Ejecutiva 14299, emitida por el Departamento de Guerra, plantea un plazo para la ejecución del plan: 30 de septiembre de 2028. Al respecto, el responsable a cargo, Dr. Jeff Waksman, aseguró que con su equipo arribará a soluciones reales para el abastecimiento de sus ejércitos, sin necesidad de depender de fuentes extranjeras.

Un antecedente fundamental de Janus fue el Programa Pele, promovido desde el Pentágono en 2019. Pero, a diferencia de Janus, que está planteado como una sólida estrategia militar, fue un experimento para medir la capacidad de EE.UU. de financiar y fabricar reactores portátiles.

Y todo el conocimiento cosechado en la experiencia será aplicado para cumplir los objetivos de la nueva invención, que promete revolucionar el paradigma de la estrategia militar.

Preguntas sin respuestas

Pese a ser una de las grandes promesas de la gestión Trump, Janus aún tiene muchas cuestiones irresueltas. En primer lugar, existen altas posibilidades de que los reactores se conviertan en blanco fácil de ataques destinados a sabotear la fuente de energía y dejar sin suministro a las tropas.

En segundo lugar, no pareciera existir una relación precio-calidad conveniente para la operación, ya que la inversión necesaria para la fabricación de los dispositivos es millonaria, mientras que su capacidad de abastecimiento podría no justificar el gasto.

Y, en tercer lugar, la proliferación de material radioactivo pondría en riesgo al medioambiente. Por estas razones, cabe preguntarse si Janus cuenta con el respaldo de información científica que compruebe su viabilidad y alternativas para reducir sus efectos negativos, o no pasa de ser un capricho de la gestión republicana para hacer ostentación de su poder.