España posee la segunda mayor infraestructura de energía renovable de Europa, solo por detrás de Suecia. Esto se ha debido a una gran y continua inversión en fuentes eólicas y fotovoltaicas. Pero, esto no parece ser bueno, de acuerdo al análisis que ha hecho el Reino Unido. Veamos de qué trata.
La energía verde: una apuesta fuerte y en crecimiento de España
En nuestro país se ha puesto muy de moda la energía verde, como una alternativa contra el cambio climático y la emisión de gases de efecto invernadero. Por otro lado, ha sido una excelente opción contra los altos precios de la electricidad, tanto a nivel del usuario como del ciudadano común.
Pero ¿cómo es la situación a nivel nacional? Pues la verdad no es muy diferente, la construcción de parques fotovoltaicos y eólicos ha sido el norte hacia donde apuntan la gran mayoría de las inversiones gubernamentales. En tierra firme y en el mar, esta tendencia va en crecimiento.
Lo que dicen los británicos de este crecimiento
A través de la prestigiosa cadena televisiva BBC de Londres, el Reino Unido ha hecho un análisis que dice que España está al borde de un abismo por un conflicto de desequilibrio entre la demanda y la oferta de electricidad, puesto que los precios van disminuyendo de forma alarmante.
Aunque a primera vista esta tendencia pareciera ser buena, en la práctica no es así. Es necesario mantener un equilibrio constante entre la oferta y la demanda, sobre todo por un exceso de la primera, lo que afecta la economía.
En este sentido, al no haber salida para la producción de electricidad, solo quedan dos caminos: o se reduce la oferta disminuyendo la generación o los precios bajan hasta niveles ridículos. Cualquiera de las dos opciones es perjudicial, ya que afecta una de las industrias básicas del país.
Es decir, España terminaría por irse al precipicio por haber invertido muchos recursos en energías ecológicas. Continúa el análisis señalando que la economía española ha sido una de las principales en recuperarse satisfactoriamente del impacto causado por el coronavirus en el año 2020.
Sin embargo, la demanda eléctrica ha ido disminuyendo en los años posteriores a la epidemia, tal y como lo declara a la BBC Miguel de la Torre Rodríguez, quien desempeña el cargo de jefe de desarrollo de sistemas de Red Eléctrica.
Al especto dice que hasta el año 2005, cuando el Producto Interno Bruto (PIB) crecía, el consumo de electricidad aumentaba a un ritmo mayor que la tasa de crecimiento del PIB. Pero a partir de ese año, esta demanda eléctrica comenzó a retroceder de manera lenta pero sostenida.
Lo cual se ve agravado por el constante aumento en la producción de energía verde. Por lo tanto, estamos en presencia de una desvinculación de la electricidad convencional de la economía nacional. Lo cual implica que se tiene un superávit de generación en ciertas horas.
¿Qué consecuencia trae este exceso de generación?
Lo más inmediato cuando se rompe el equilibrio de que la generación debe ser igual a la demanda, es que durante las horas que esto ocurra, los precios bajarán. Dándose el caso de que, durante ciertos periodos, estos pudiesen ser cero o incluso negativos.
Estos bajos precios harán difícil que los inversores vean a España como un mercado energético atractivo, incluso en lo referente a fuentes renovables. Lo cual, seguramente, va a obstaculizar la ansiada transición hacia la energía verde renovable que es la meta para el 2040.
Como te habrás dado cuenta, desde el punto de vista económico no siempre es bueno poseer una infraestructura de energía verde que sea sólida y productiva. Ya que se corre el riesgo de producir un exceso frente a la demanda real. Lo prudente es crecer en renovables, pero de una forma planificada.
