El espacio exterior guarda secretos que poco a poco va desentrañando la humanidad en su deseo de dar respuestas a interrogantes referidos a fenómenos hasta ahora desconocidos. Ahora se ha descubierto una amenaza que lanza chorros cósmicos al espacio y que supera en trillones de veces el tamaño del Sol.
Una estructura espacial que deja al Sol como un puntito
Un grupo de científicos adscritos al radiotelescopio europeo LOFAR (LOw Frequency Array) ha reportado a través de una publicación en la prestigiosa revista Astronomy and Astrophysics, dedicada a los nuevos hallazgos de la astronomía, el descubrimiento de una megaestructura espacial que es un agujero negro.
Este sistema tiene un pavoroso tamaño de 23 millones de años luz lo que equivale a colocar 140 galaxias, como la Vía Láctea, alineadas una detrás de la otra lo que hace que el Sol parezca un pequeño punto en la inmensidad del espacio. Del mismo surge una estructura de chorros cósmicos que fue bautizada como Porfirión.
Los chorros cósmicos de partículas y radiación más grandes vistos por el hombre
Los agujeros negros son muy conocidos por tener una gravedad tan grande que ni siquiera la luz puede escapar de ellos. Sin embargo, también generan grandes chorros cósmicos cuya energía es billones de veces la producida por el Sol. Ahora, esta colosal estructura recién descubierta es la más grande vista por el hombre.
Además, consiste en un agujero negro que posee dos chorros de partículas que son simétricos entre sí. El fenómeno es realmente amenazante para los cuerpos celestes más próximos, sobre todo por las enormes distancias que cubren. Pero para la Tierra no representa ninguna amenaza real.
Esto por la dirección en que se emiten esos chorros cósmicos. Por otra parte, de acuerdo a la publicación hecha por el grupo de astrónomos, este fenómeno se ubica, aproximadamente, a 7.500 años luz de nuestro planeta (aunque se cree que en nuestro Sistema Solar no hay ningún agujero negro, la NASA tiene sus dudas).
De hecho, se estima que el chorro ya se encontraba activo cuando nuestra galaxia contaba con 6.300 millones de años, contando con que la edad actual estimada es de unos 13.800 millones de años. Mediante su estudio los expertos esperan dar respuesta a interrogantes sobre cómo estos chorros afectan su entorno.
Esto porque esparcen átomos pesados, rayos cósmicos, calor y campos magnéticos en todo el espacio y a distancias muy grandes. El último punto es muy interesante para los científicos, ya que el magnetismo ha sido vital para el surgimiento de la vida, por lo que es posible que haya llegado a la Tierra por esta vía.
Aunque por un chorro ya extinto. Asimismo, existe la intriga de cómo este fenómeno que puede ser trillones de veces más grande que el Sol, pueda emitir al espacio una energía tan grande manteniendo su estabilidad y, sobre todo, con una longevidad tan impresionante.
Este fenómeno ha unido a los mayores y mejor equipados observatorios de la Tierra
Con el fin de detallar mejor esta megaestructura y todo lo que ella comprende, los investigadores recurrieron a diversos observatorios repartidos por todo el planeta. Con el Observatorio W. M. Keck, situado en Hawái pudieron determinar la distancia a la que se encuentra este agujero negro.
Mientras que con el Instrumento Espectroscópico de Energía Oscura del Observatorio Nacional de Kitt Peak que se encuentra en Arizona, Estados Unidos, y el Radiotelescopio Gigante de Ondas Metálicas de la India, se han podido conocer cómo está formada la galaxia que contiene al fenómeno.
En conclusión, se ha observado una gran estructura espacial que dispara chorros cósmicos y es equivalente a trillones de veces nuestro astro rey (que nos servirá para comprender el extraño efecto de este Sol artificial). Los mismos pueden alcanzar los 23 millones de años que tiene este sistema.











