La primera mitad de la temporada de huracanes del 2024 que arrancó el primero de junio, en el Atlántico, fue mucho menos intensa de lo que habían pronosticado inicialmente los expertos. Pero estos mismos expertos temen que tengamos un fin de temporada muy activo y explosivo.
Lo que fue la primera mitad de la temporada de huracanes del 2024
En el reporte preparado por eltiempo.es, esta época fue mucho menos intensa que lo pronosticado. Esto se debe al cambio climático que hace que las condiciones varíen en forma muy abrupta y repentina, haciendo muy difícil vaticinar lo que sucederá con la meteorología.
Dicho reporte explica que, hasta esta fecha y hora, se han tenido cinco ciclones que llevan nombre, de los cuales solo tres han alcanzado la categoría de huracanes. El que causó mayor impacto en las costas del Caribe fue el huracán Beryl, que se clasificó como el de mayor categoría.
Lo que podríamos esperar en el resto de la temporada
Usualmente, tal y como describe eltiempo.es, es en esta segunda mitad de la temporada en la que se presenta mayor inestabilidad atmosférica, lo que se traduce en mayor actividad en lo que a huracanes se refiere especialmente en el océano Atlántico. Tal y como dice la NOAA americana.
En el sentido de que las condiciones atmosféricas en los océanos Atlántico y el Pacífico presagian una de las temporadas de huracanes más activas de las registradas los últimos 20 años. Los científicos del Centro de Predicción Climática de la NOAA pronostican entre 17 y 24 ciclones.
De los cuales, entre ocho y 13 podrían alcanzar la categoría de huracán y de cuatro a siete serían bastante intensos de categoría la cual oscilaría entre 3 y 5. La diferencia entre esta predicción y la inicial es que en esta última se establecía que estos fenómenos se formarían en término medio, en unos seis meses a partir de mayo.
Mientras que ahora sería en un máximo de tres meses que son los que quedan de la temporada oficial. Claro, esto asumiendo que las condiciones se mantengan más o menos estables y que la época de estas formaciones no se vea afectada por el cambio climático y otros factores meteorológicos.
Debido a que el número de huracanes predichos superó en mucho a los que se han formado, es lógico pensar que aún quedan muchos por aparecer. Lo crítico es que también los estudiosos del clima vaticinan que un gran número tocará tierra en las costas del Caribe y de Europa con su fuerza destructiva.
Tradicionalmente, los meses del año que van desde finales de agosto hasta los primeros días de octubre es cuando se sucede el pico de actividad de este fenómeno. Además, este año se tiene mucha energía potencial atmosférica. Por todo esto se augura que la segunda temporada tendrá un final explosivo.
Las causas por las que se podría tener un final de temporada muy activo
Existen varios factores y señales en el océano Atlántico que son indicativos de la formación de ciclones tropicales que después suban de categoría. Algunas de ellas son vientos alisios muy débiles, temperatura de las aguas muy cálida y una disminución de la cizalladura del viento en vertical.
Otras causas son el fenómeno climático de La Niña, el cual se asocia con un mayor debilitamiento de la cizalladura del viento. Esto trae como consecuencia un mayor desarrollo de tormentas. Igualmente, ejerce gran influencia la fase continua y cálida de la Oscilación Multidecenal del Atlántico, la que reapareció en 1995.
Concluyendo, de todo lo anterior se puede inferir que tiene razón España al estar en alerta máxima por la segunda mitad de la temporada de huracanes. Puesto que, por todos los indicios, parece que será muy movida e intensa. Y esto no solo sería en la península.








