En la actualidad Tesla atraviesa una etapa en la que ciertamente sufre el desprecio de muchos usuarios debido a la participación política de su principal accionista y para sortear el vendaval de rechazo no deja pasar cualquier oportunidad que le brinde un mercado. Aquí analizaremos un proyecto de esta marca emblemática en pleno desierto.
Tesla expande su presencia global para compensar pérdidas causadas por el gobierno de Trump
El desempeño de Elon Musk como funcionario en el segundo gobierno de Donald Trump le ha valido para que su compañía de venta de coches eléctricos experimente una drástica caída en la demanda de sus modelos y una baja acentuada en el valor de sus acciones, situación que le ha obligado a acelerar la expansión mundial para compensar las pérdidas.
Uno de los destinos de la expansión de esta firma estadounidense es Arabia Saudí, una petromonarquía en la que al principio parecía que las cosas no marcharían bien debido a desacuerdos, pero recientemente la compañía del magnate como parte de su estrategia de alcanzar nuevos mercados comenzó a desarrollar operaciones en este país desértico.
Las tensiones entre Musk y Arabia Saudí se remontan a 2018 cuando se produjo una fuerte tensión entre ambos por un acuerdo no concretado, pero superado el impase ahora Tesla inicia operaciones con la apertura de una sala de exhibición y un centro de servicios en la ciudad de Riad para el Model 3, el Model Y y el Cybertruck, entre otros modelos.
Esta es la visión saudí: cambiar torres petroleras por baterías en el desierto
Que un concesionario de coches eléctricos inicie operaciones en un país cuya economía se basa fundamentalmente en la venta de petróleo y combustibles fósiles es un paso trascendental en la transición energética y que la apertura esté a cargo de una de las principales marcas en el mundo de coche electrificado le imprime mayor importancia a los hechos.
No obstante, a Tesla le quedaría enfrentar un gran reto respecto a la infraestructura y la cantidad de estaciones de recarga disponibles, aunque el gobierno saudí ya ha mostrado su interés en apoyar la introducción de los coches eléctricos mediante la expansión de las redes de carga para la estrategia de sostenibilidad.
El interés saudí de apoyar el uso de los coches eléctricos se corresponde al plan nacional árabe Visión 2030, que plantea la diversificación de la economía y la reducción de la dependencia de los hidrocarburos, siendo la meta que para 2030 el 30% de los vehículos utilizados en el país sean impulsados por electricidad.
Por culpa de las críticas en Europa y Estados Unidos Musk ahora tendrá que buscar baterías más eficientes
El programa de transición energética saudí encaja bien con el cambio de aire por parte de Musk apuntando hacia nuevos mercados, luego de la ola de protestas en Estados Unidos en franca crítica hacia su participación al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental o DOGE, por sus siglas en inglés.
Aunque en Europa también se han suscitado protestas contra el magnate con menor intensidad, su cercanía hacia Trump y otros líderes de derecha ha sido motivo para que se inicie una campaña en contra de la marca estadounidense, algo que todavía no ha sucedido en Medio Oriente y otras partes del mundo.
En conclusión, el desprecio que ha llegado a sentir Musk en Europa y Estados Unidos lo ha obligado a llevar su compañía Tesla a un escenario inimaginable como es un caluroso país tradicionalmente petrolero, por lo que sus ingenieros primero tendrán que descubrir la forma de evitar que el extremo calor del desierto afecte el rendimiento de las baterías de los coches eléctricos.













