En la Tierra son odiados por todo el mundo: En el espacio podrían ser la mayor esperanza de la humanidad

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Publicado el: 14 de noviembre de 2025
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Aunque en el espacio podría ser la mayor esperanza de la humanidad, esta excelente fuente de proteínas, ácidos grasos, hierro, zinc y vitaminas del grupo B en muchos países y regiones de la Tierra tiende a ser objeto de repulsión. Diversos estudios han demostrado que sus niveles son comparables o superiores a los valores de la carne, el pescado y las legumbres. Han sido objeto de estudio desde hace décadas y los resultados obtenidos han sido satisfactorios, pero durante periodos cortos; de allí que aún falta comprobar si pueden servir para estancias bastante prolongadas.

Pudieran ser odiados por algunas personas en todo el mundo, pero en el espacio es otra cosa

Aunque en España y el resto de países europeos no pasa de ser una rareza culinaria, en otros se constituyen en la dieta habitual de miles de millones de personas. De hecho, son ideales para sistemas alimentarios controlados debido a su capacidad de desarrollo con escasos recursos y la transformación de residuos en biomasa.

Una prueba de ello es que un número superior a 2 mil especies son actualmente consumidas en todo el mundo, según la FAO, e incluso han sido objeto de diversos experimentos desde hace más de ocho décadas, durante las cuales se ha comprobado que la microgravedad aparentemente no afecta su desarrollo.

¿De qué estamos hablando? De los insectos, y es que actualmente se analiza su potencial nutricional y su viabilidad en el entorno espacial, tratando de determinar si pueden constituirse en un alimento clave para quienes se encuentran fuera del planeta.

En estos pequeños y resistentes seres radica la mayor esperanza de la humanidad

Son muchas décadas en las que se han acumulado datos sobre el comportamiento de distintas especies de insectos en el espacio extraterrestre. Los diferentes resultados obtenidos respecto a la microgravedad, la radiación y otros factores han permitido comprender los mecanismos biológicos involucrados.

Con base en tales resultados y asumiendo que la regeneración de tejidos en insectos ya no es un ‘misterio’, la Agencia Espacial Europea (ESA) ha reunido a un equipo de expertos en las áreas de nutrición, biología y astronáutica, para desarrollar una investigación que permita comprobar si en el menú de los astronautas podrían incluirse insectos.

Este equipo europeo se ha dedicado a estudiar cómo es el comportamiento de las fases clave del desarrollo de estos insectos durante una estancia prolongada en órbita. Específicamente, se busca dilucidar los requisitos biológicos previos a la inclusión de estos insectos en las comidas durante las misiones de larga duración.

Los futuros astronautas europeos se comerán al primer sobreviviente de los viajes espaciales

Para el estudio del impacto de la radiación en los organismos vivos, en 1947 se lanzó un cohete V-2 al espacio llevando un ejemplar de la mosca de la fruta. Este insecto se convirtió en el primer animal en alcanzar el espacio y sobrevivir al viaje.

Dicha especie se convirtió en el modelo estándar para la investigación en fisiología, comportamiento y desarrollo fuera de la Tierra. En ambiente de microgravedad ha podido completar su ciclo de vida, desde su etapa inicial de fertilización hasta la adultez con capacidad de reproducción.

Otras especies han demostrado resistencia en el espacio, como es el caso de los pequeños invertebrados llamados osos de agua que fueron estudiados en 2007. El grillo doméstico y la larva amarilla también han sido objeto de experimentación e incluso en 2023 la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria autorizó la venta y consumo de estos insectos.

Sin embargo, muchas de estas pruebas no tuvieron el tiempo suficiente para estudiar el ciclo vital completo de estas especies, siendo esto fundamental para el caso de misiones prolongadas. De allí que la ESA se encuentre en la fase de preparación de nuevas investigaciones que permitan obtener los resultados requeridos.

En conclusión, los resultados obtenidos en estudios realizados durante décadas han sido efectivos en comprobar la capacidad de los insectos para el suministro de proteínas, ácidos grasos, hierro, zinc y vitaminas del grupo B a los astronautas durante las misiones en el espacio. Sin embargo, se requiere de nuevas investigaciones enfocadas en el comportamiento del ciclo vital completo de diferentes especies durante estadías prolongadas en órbita y las principales ‘amenazas’ para la conservación de los insectos. Los resultados que se obtengan podrían convertirlos en la mayor esperanza de la humanidad y así posiblemente dejarían de ser odiados por algunas personas en todo el mundo.