La astronomía es una de las ciencias que ha sacado el mayor provecho del desarrollo de las nuevas tecnologías para poder avanzar en sus estudios de los diferentes fenómenos y misterios que existen más allá de la Tierra. Con relación a esto, se dio a conocer que científicos descubren «Tornados cósmicos» en la Vía Láctea, lo que es sorprendente, porque no deberían existir pues desafían toda lógica.
El fenómeno de los tornados cósmicos genera dudas
Los estudios acerca de cómo está formado el universo, y de las diferentes clases de eventos que allí ocurren, siempre han estado limitados por la inmensidad del espacio, en algunos casos por la oscuridad y, sobre todo, por la falta de herramientas adecuadas para su observación. Sin embargo, ese es un obstáculo que se ha superado a lo largo del tiempo, porque los instrumentos ahora son más precisos.
Así que no es extraño que cada vez sea más frecuente el hallazgo de cuerpos y fenómenos celestes, que en algunos casos responden algunas de las inquietudes de los especialistas, y en otras generan más dudas. Esto último fue lo que les ocurrió a los astrónomos que quedaron desconcertados por el descubrimiento de tornados cósmicos en la Vía Láctea, pues que no deberían existir, ya que desafían la lógica.
Las partículas permiten detectar fenómenos en la Vía Láctea
Con la finalidad de explicar la causa por la cual grandes masas compuestas por polvo y gas giran alrededor del agujero negro Sagitario A*, un grupo científico estudió un sector conocido como la zona molecular central (CMZ), en el centro de la Vía Láctea. Lo que descubrieron fue algo que no esperaban, se trata de una gran cantidad de tornados cósmicos que se forman y luego se esfuman cíclicamente.
Los astrónomos observaron unas fibras muy finas y de gran longitud, que circulan en sentido contrario a las nubes que hay alrededor, y no pudieron relacionarlas con nada de lo que habían visto anteriormente. Para saber de dónde salían, buscaron partículas de monóxido de silicio con las que detectaron ondas de choque en medio del gas y el polvo de la CMZ, y resultó que ese fenómeno era el que las producía.
Esas fibras poseen un movimiento característico que hace que se les considere como unos tornados cósmicos, que dispersan de forma brusca grandes corrientes de gas y diversas clases de compuestos orgánicos complejos que tienen alrededor hacia lugares lejanos. Su acción ha demostrado ser muy rápida y de poca duración (como esta desintegración planetaria recién descubierta).
El telescopio ALMA permite conocer la Vía Láctea
La detección de los tornados cósmicos se pudo realizar gracias a la precisión que brinda el telescopio ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), un instrumento muy refinado que está instalado en Chile. Gracias a los finos detalles que ofrecieron sus imágenes, se pudo realizar una observación más minuciosa de lo que transcurre en el centro de la Vía Láctea, y de la forma en que la materia se desplaza.
Esto permitió elaborar una representación bastante exacta de la actividad de esa region, y obtener información nueva acerca de sus fenómenos. Sin embargo, todavía es necesario seguir investigando para confirmar si el desplazamiento de la masa y los gases ocurre como tal como lo suponen los astrónomos, así como también cuál sería su función, e influencia, en la evolución de esa parte del universo.
Concluyendo, las imágenes precisas y detalladas que se obtuvieron a través del telescopio Alma permitieron observar la actividad que se lleva a cabo en el centro de la Vía Láctea. Especialmente en la zona molecular central, donde hay ondas de choque que generan unas fibras muy finas y de gran longitud, que al moverse generan unos tornados cósmicos (los que podrían ser el origen de la extraña señal captada por la NASA).











