En la actualidad las empresas no solo se dedican a sus negocios naturales, sino que incursionan en otros por razones de dar beneficios a las comunidades en sus entornos, por razones de solidaridad social. Tal es el caso de Toyota, que va por la construcción arquitectónica y humanitaria. Veamos cómo es esto.
Un arquitecto japonés que trabaja con materiales reciclables
El bambú, la madera y hasta los tubos de papel son materiales sostenibles que frecuentemente se utilizan en el levantamiento de edificaciones. Tal es el caso del arquitecto, de origen japonés, Shigeru Ban quien lo viene utilizando en sus proyectos desde que abrió su estudio por allá en el año 1985.
En ese entonces, se dedicaba a la creación de soluciones para casos de emergencias en zonas donde ocurrían desastres naturales. Estos refugios eran hechos muy rápidamente a bajo costo. Hoy ha ampliado su negocio para la creación de estructuras más grandes como el Museo de la ciudad de Toyota ubicado en Japón.
El gran museo de la ciudad de Toyota en Japón: una estructura futurista hecha de madera y bambú
Este museo de la ciudad de Toyota se ubica en la sede de un instituto de enseñanza media de la ciudad el cual estaba abandonado. Básicamente, fue demolida la parte de la estructura que estaba muy deteriorada y se rehabilitó el resto de acuerdo al ideario de Ban, en el sentido de procurar el ahorro energético.
Así como evitar las emisiones de gases de efecto invernadero. Para ello se usaron como materiales de construcción kilómetro cero, reciclables, sostenibles y biodegradables como madera y bambú. Adicionalmente, se tiene una propuesta de crear un urbanismo como parte del museo, haciéndolo único.
Uniendo edificios adyacentes en vez de utilizar infraestructuras aisladas. De esta manera, el museo no solo ocupa la estructura de la antigua sede de instituto de enseñanza, sino que le da vuelta hasta encontrarse con el museo vecino que abrió sus puertas en 1995. La unión de ambas edificaciones dio origen a un jardín común.
Que tiene forma de robledal y que entrelaza las dos estructuras como si fueran una sola. El mismo fue idea del norteamericano Peter Walker. Asimismo, se construyó una gigantesca marquesina hecha de madera de cedro que, tal como lo haría una loggia, corre por el perímetro del gran edificio.
Por lo que lo protege del sol, la lluvia y otros elementos destructivos y corrosivos, adentrándose en el jardín. Así que actúa como un muro catalizador que lleva de la calma minimalista del museo a un exterior muy dinámico y concurrido que caracterizará al nuevo centro urbano de la ciudad.
Por otra parte, esta estructura es el primer museo en el mundo al que se le otorga la distinción ZEB, que es una certificación que se le da a un edificio de consumo nulo y que produce o genera toda la energía para su funcionamiento. Siendo este el sello que imprime Ban a todos sus proyectos y edificaciones.
Esta estructura puede convertirse en un centro contra emergencias climáticas o desastres naturales
Aunque su voladizo es un espacio de reunión y encuentro para los habitantes de la ciudad, la estructura del museo tiene otro uso funcional y humanitario. Ya que en pocas horas se puede transformar en un centro de acogida en caso de emergencias naturales como huracanes, inundaciones o tsunamis.
Como conclusión, aunque en realidad Toyota no les dice adiós a los coches, sí está construyendo una ciudad que será sostenible. Por ahora está en el proceso de construcción de un museo que no solo generará su propia energía para su funcionamiento, sino que también puede operar como centro para desastres climáticos.













