Entre las marcas que más interés han demostrado en el desarrollo de coches propulsados por hidrógeno se encuentra Toyota, sin embargo, ahora por ello enfrenta fuertes demandas por parte de los compradores de su modelo Mirai ¿Cuál ha sido el error?
¿En Toyota todavía se piensa que el coche de hidrógeno sea una opción a futuro?
Una de las ventajas del hidrógeno como combustible frente a la electricidad como medio de propulsión es su posibilidad de recarga en menor tiempo, lo que iguala o supera a los carburantes fósiles.
Tal vez sea por ello que el fabricante japonés aunque ha tenido problemas con este coche, insiste con la comercialización del modelo Mirai, un coche que presenta las siguientes características:
- 182 CV
- Autonomía de 650 kilómetros según el ciclo WLTP
Sin embargo, de acuerdo a las cifras de ventas, la compañía ha tenido un escaso éxito, pues durante 2024 apenas se vendieron 1.702 coches, equivalente esto a 54% menos de lo vendido en el 2023.
Las ventas de este modelo ha tenido sus altas y bajas, pues en el año de la pandemia se registraron ventas por 1.770 unidades, mientras que al siguiente año, 2021, se alcanzó un notable incremento con 5.918 coches vendidos.
En esta trayectoria de ventas se incluyen hasta demandas por «publicidad engañosa» en Estados Unidos. Específicamente, en una demanda colectiva presentada, los compradores argumentan tres puntos:
- Escasez de estaciones de recarga
- Excesivo aumento en el precio del hidrógeno
- Poca satisfactoria autonomía del Mirai
¿Hay marketing engañoso en la utilidad del coche eléctrico de pila de combustible?
Los demandantes argumentan que estas dificultades influyen negativamente en el precio de reventa de este coche, suponiendo que mantiene el 19,4% del valor luego de 5 años. Por consiguiente, estos propietarios junto a su demanda contra la marca japonesa realizaron un reclamo por daños y perjuicios.
Sin embargo, vale creer que no se trata de un problema técnico de autonomía del coche, sino de una muy baja disponibilidad de estaciones de recarga, pues se debe considerar el cierre de hidrogeneras en California por parte de Shell aduciendo complicaciones en el suministro de este gas combustible, aparte de otros problemas externos.
Los compradores del Mirai también señalan algunos problemas técnicos en el suministro del combustible, pues advierten sobre la congelación de los surtidores de hidrógeno y el bloqueo del coche.
De acuerdo a los demandantes, es media hora lo que se debe esperar para que la boquilla del surtidor adquiera el calor suficiente para su segura desconexión.
Además, a los costes se suma la obligatoriedad del uso de una grúa u otra alternativa de transporte en caso de que no se puede repostar y esto inutilice el coche.
La respuesta del fabricante japonés ante la demanda de sus clientes
A las dificultades en el abastecimiento del hidrógeno se suma el aumento del 200% en su precio en los últimos años, lo que el fabricante japonés ha intentado paliar con descuentos de 50% en el modelo Mirai de los concesionarios de Estados Unidos junto a la entrega de una tarjeta de combustible por un valor de 15 mil dólares.
Sin embargo, quienes compraron el Mirai alegan que deben recorrer extensos trayectos para encontrar una estación de repostaje, aunque el hecho de encontrarla no significa que haya el combustible requerido.
Los compradores se quejan de que la autonomía real del coche no corresponde con la homologada por el fabricante, argumentando que la autonomía homologada de 575 km y 647 km se estanca a 160 km de las cifras oficiales de Toyota, limitando la libertad de desplazamiento entre repostajes.
En conclusión, el peor error cometido por Toyota con su coche de hidrógeno Mirai no está relacionado con la autonomía desde el punto de vista de la tecnología del diseño del motor sino en la disponibilidad de las estaciones, aunque esto no significa que haya dejado de ser el futuro y prueba de ello es el diseño de este coche.
