El combustible de cero emisiones ha sido el santo grial de muchas empresas y consorcios dedicados a la energía “verde”. De hecho, se han anunciado diferentes carburantes con esta característica pero no todos funcionan con toda máquina. Un ejemplo es este vehículo para el que van a gastar 40 000 millones, todo, con el fin de descarbonizarlo.
Las empresas involucradas en esta aventura: una alianza por la energía del futuro
Entre las compañías y consorcios que están inmersos en este proyecto, a nivel global, están Rystad Energy, Aker BP y Equinor en la región de Europa, parte de Asia y Noruega, Shell y BP que son las que empresas con mayor inversión en los Estados Unidos para la creación de este combustible ecológico.
Por otra parte, los consorcios de Exxon Mobil y Petrobras trabajan juntos por la región de Sudamérica y el Caribe mientras que Total Energies hace lo propio por la zona del África. Es de destacar que cada una de empresas es tradicionalmente petrolera por lo que operan con sus divisiones de energía renovable.
Las inversiones en este combustible y la exploración submarina
La búsqueda de este combustible ecológico va de la mano con la exploración de recursos submarinos en aguas profundas y ultraprofundas. La cual incluye una cuantiosa inversión de capital de, aproximadamente, 40 000 millones de euros solo en sistemas de exploración, procesamiento y producción.
Entre ellos están árboles, líneas de flujo submarinas, cabezal de pozo, colectores, tuberías ascendentes y otros elementos. Esta inversión se ve fortalecida por el incremento del gasto en los servicios de instalación y operaciones de los equipos de la cual se estima una tasa de crecimiento al año, entre 2024 y 2027, del 10 %.
Los recursos asignados para la creación de este combustible están dirigidos en un porcentaje del 50 % a Europa por ser la región donde este vehículo ecológico tiene mayor influencia y porque es en esta zona donde se tiene los proyectos más grandes de energía verde al mismo tiempo que han demostrado el mayor compromiso.
Otras áreas que han atraído inversiones por estar cada vez inmersas en proyectos sostenibles son los Estados Unidos y, sorprendentemente, Brasil quienes desean reducir su dependencia de los combustibles fósiles levantando la mano en la lucha contra el cambio climático y las emisiones de gases de efecto invernadero.
Es de hacer notar que Noruega está viviendo un importante resurgimiento al haber unas favorables condiciones de mercado y grandes avances tecnológicos en lo concerniente a los renovables. Como la unidad de potencia hidráulica submarina que daría energía para la producción de carburantes renovables.
Esto a grandes profundidades, puesto que es muy rentable y está en la capacidad de reemplazar 100 toneladas de equipos en las cubiertas de los barcos para la gestión y control de actividades submarinas. Este es solo uno de los ejemplos de lo que se ha logrado con la inversión destinada al combustible para este vehículo.
Proyectos paralelos para la producción de diferentes fuentes energéticas
Así como se espera que aumente este gasto acumulado para fines del 2024, se espera también una inversión muy importante para proyectos a llevarse a cabo bajo la superficie del mar más allá de las exploraciones tradicionales de gas y petróleo. Por ejemplo, SWIFT, que es un ingenio para la suspensión de tuberías submarinas.
Que será operado a control remoto y que no tendrá la necesidad de cables de conexión. Asimismo, un proyecto para la investigación y desarrollo de un sistema de captura y almacenamiento de carbono, en forma eficiente, para alimentar un mercado que es emergente y para darle uso industrial en diferentes áreas.
Concluyendo, si bien este vehículo no ha encontrado un combustible cero emisiones que pueda usar, la búsqueda del mismo desatada a nivel global ha sido definitiva. Esto para la investigación y desarrollo de nuevas fuentes energéticas renovables surgidas de la explotación submarina sostenible.
